jueves, 10 de noviembre de 2011

Qué afecta a la autoestima y cómo mejorarla


"Cada fracaso le enseña al hombre algo que necesitaba aprender".
Charles Dickens



La pasada semana hablábamos de la enorme importancia de una adecuada autoestima para el desarrollo de los niños y adolescentes. Como os comentaba, la idea de esta entrada es daros algunas claves que puedan permitiros detectar cualquier tipo de anomalía en la percepción que los niños tienen de sí mismos. También os explico formas de gestionar esa percepción distorsionada.
Normalmente, la baja autoestima se manifiesta como tristeza, que en los niños aparece en muchas ocasiones en forma de ira incontrolada sin motivo aparente. Se muestran enfadados, negativos, les resulta difícil sonreír y disfrutar de situaciones relajadas.
También suelen expresarse en términos muy negativos sobre sí mismos, tema en el que profundizaremos un poco más abajo.
Son niños que no quieren emprender ninguna tarea ni desafío (sea del tipo que sea) por temor a fracasar y sentirse cada vez peor.
Los adultos que convivimos con ellos habitualmente, debemos tener claro que, para aprender a aceptarse y a disfrutar de la alegría del éxito, resulta fundamental que aprendan a asumir el fracaso, que descubran que antes de hacerse realidad un objetivo, lo normal es que haya muchos intentos fallidos. La clave en este punto es que comprendan que fracasar en una tarea NO significa ser un fracaso como persona. Deben distinguir lo que SON de lo que HACEN.
Cada persona tiene un valor intrínseco que no depende de nada ni de nadie, y ese respeto por uno mismo debe prevalecer sobre todo lo demás. Confundir lo que hago con lo que soy es un error muy frecuente que lleva a tener una autoestima baja cuando son frecuentes los fracasos (o que no son tales pero son percibidos así por el niños o adolescente).




Todos conocemos personas atemorizadas ante la posibilidad de emprender algo, paralizadas por la posibilidad de fracasar y que están muy obsesionadas por los logros. Es más, dichos logros se convierten en su "vara de medir" para sí mismos y para los que le rodean.
En cambio, son los fracasos los que más nos enseñan. Aprendemos a través de la experiencia, ella nos sirve para anticipar lo que puede pasarnos en el futuro por el fracaso que hemos tenido en el presente. La persona que rehuye el fracaso se quedará lamentándolo en el camino o, peor aún, empezará por quedarse fuera de él.
Cuando Thomas Alva Edison (1847-1931) inventó la bombilla, no le salió a la primera, sino que realizó más de mil intentos, hasta el punto de que uno de los discípulos que colaboraba con él en el taller, le preguntó si no se desanimaba ante tantos fracasos. Y aquí entra la cuestión de la percepción del error, porque Edison respondió: "¿Fracasos? No sé de qué me hablas. En cada intento descubrí un motivo por el cual una bombilla no funcionaba. Ahora ya sé mil maneras de no hacer una bombilla".




Una vez que esto está claro, ¿cómo saber si nuestro hijo tiene problemas de autoestima?
-  Es fundamental fomentar la comunicación:  preguntarles por su vida en el colegio (no sólo las notas y los exámenes). De esa forma sabremos si mantienen relaciones normales con los demás niños y con los profesores, si ha surgido algún conflicto y cómo lo han gestionado.

- Si nos comenta algún problema de relaciones con sus amigos y compañeros, podemos enseñarles habilidades y mejorar su forma de comunicarse con los demás.

- Prestemos especial atención a "cómo" cuenta sus experiencias cotidianas. Hay niños que utilizan constantemente un vocabulario muy negativo para hablar de sí mismos: "no valgo para nada", "todo me sale mal", etc. Este tipo de mensajes son muy negativos para su autoestima pues de tanto repetírselo se convierte en una creencia para ellos. Los padres podemos hacerles ver que esas percepciones que tienen no son reales, que no debe centrarse sólo en lo negativo. Podemos ayudarles a valorar los aspectos positivos de la situación que ellos consideran negativa.

- Otro modo de ayudarles sería enseñarles a plantear alternativas de solución de problemas, lograr objetivos alcanzables para evitar una sensación de frustración constante.



Sé que en muchas ocasiones no digo en el blog nada que no sepáis. Lo que siempre pido es que tengamos un poco más de sentido común, no hay recetas mágicas ni teorías absolutas. Cada padre y madre conoce mejor que nadie a su hijo/a y sabe lo que necesita, si está triste, taciturno o bien se le nota eufórico. Es cuestión de ponerse manos a la obra ( a veces es lo que más cuesta): tomarse el tiempo para escuchar y responder a sus dudas y sus desafío personales (si tenemos las respuestas). Que entiendan que TODOS fracasamos algunas veces y que vamos a estar ahí siempre que nos necesiten.
Un ejercicio que me gusta mucho y que es estupendo para abrir de par en par las puertas de la comunicación en casa consiste en que cada noche nos preguntemos cada miembro de la familia por "lo mejor y lo peor del día". Todos tenemos que contestar y contar experiencias de la jornada. De este modo, nuestros hijos se darán cuenta de que nosotros también tenemos buenos y malos momentos, que también debemos enfrentarnos a veces a jefes o compañeros molestos, etc...sentirán que no son los únicos que tienen "problemas" y se abrirán más a contarlos y a escuchar posibles soluciones. 
¡Ah! Y reíros mucho con ellos, la risa y la distensión en familia es de las mejores cosas que podemos entregar a nuestros hijos. No olvidéis que dicen que el sentido del humor es el recreo de la inteligencia. 
¡¡ Ánimo!!

Para aportar mi pequeño granito de arena en la NECESARIA diversión familiar, os dejo mi corto favorito de Pixar, con un extraterrestre genial que se siente frustrado en su ardua labor de abducir terrícolas...

¿¿Abducido??

3 comentarios:

  1. Interesante las reflexiones sobre la autoestima y el papel fundamental que juega el mal llamado fracaso en la vida de los individuos, porque a lo que llamamos fracaso no dejan de ser pruebas de aprendizaje, como cuando caes en la nieve al comenzar a esquiar, como tragas agua al aprender a nadar o balbuceas al intentar emitir las primeras palabras..., sin embargo la vida humana parece estar cada vez más presidida por el fracaso y el éxito como dicotomía de lo que somos y dejamos de ser.
    El sentido común como apuntas es la base fundamental para el discernimiento. Gracias por el post.

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  2. Buenísimo el post, como siempre! No te imaginas cuanto seguimos en casa tus consejos. Gracias por tu ayuda Raquel!!!

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  3. Gracias a vosotros por leerlo y animarme siempre a seguir adelante.
    Sin duda el amor y el sentido común nos guiarán por este difícil pero hermoso sendero que es la educación de nuestros hijos. Un abrazo enorme a ambos.

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