martes, 24 de enero de 2012

Los deberes: ¡menuda tarea!

"No me gusta el trabajo, a nadie le gusta; pero me gusta que, en el trabajo, tenga la ocasión de descubrirme a mí mismo. "
Joseph Conrad (1857-1924) 


Muchos padres y madres se enfrentan cada tarde con sus hijos al momento más "temido" del día para ellos...el tiempo de deberes. Las quejas más habituales que solemos escuchar en la consulta y en el colegio es la cantidad de horas que se pasan los niños sentados en sus escritorios sin productividad aparente, cada vez más presionados con el resultado de notables tensiones entre toda la familia.
Los padres acaban por estudiarse las lecciones de los hijos, resolverles los problemas y agotarse durante muchas horas cada día. Este asunto se convierte en obsesión y para muchos padres es su único tema de conversación (por llamarlo así) con sus hijos.



Explicaré en esta entrada una serie de pautas que facilitan y/o mejoran la calidad del estudio en casa:
Organización general
  • Hacer un horario semanal de estudio, bien visible o en su cuarto o en la puerta de la nevera, es decir, donde no lo pueda olvidar. 
  • No utilizar todas las horas de la tarde para estudiar, porque de esa forma se engañan fácilmente y terminan perdiendo el tiempo, se cansan, y al final no se hace nada. Es necesario delimitar el tiempo de una a tres horas, pero aprovechándolo y después utilizar el tiempo restante en actividades gratificantes, como jugar, salir con los amigos... 
  • Cuando estudien más de una hora es necesario a los 50 o 55 minutos descansar 5 o 10 minutos. En ese momento, lo mejor es aprovechar para ir al baño, llamar por teléfono o comer. Es importante no prolongar el tiempo de descanso. 
  • Algunos niños y sobre todo adolescentes, creen que no tendrán fuerza de voluntad (y así lo manifiestan en la consulta), por lo que sería aconsejable que pidan a quién esté en casa que les ayude a mantener el horario, para crear un hábito de estudio. Los padres podemos estar disponibles pero es aconsejable que nuestra presencia en su tiempo de estudio NO sea constante, sólo ante dudas.
  • Hay que dormir y descansar para poder estudiar. Nunca se debe dormir menos de 6 horas. 
  • Muy importante: no atender al teléfono en ese tiempo de estudio. 

Elementos facilitadores
  • Estudiar en la habitación o en un sitio donde estén solos, sin que entre nadie a la habitación que les pueda distraer. 
  • No estudiar con la televisión puesta ni con música. 
  • Buscar una silla cómoda, pero no tanto como para que se relajen demasiado y bajen el ritmo de estudio. 
  • La iluminación debe dar directamente sobre el papel, sin sombras. Si son diestros, la luz debe entrar por la izquierda y si son zurdos por la derecha.
  • Procurar que la habitación esté ventilada. 
  • Es fundamental tener sobre la mesa todo lo necesario para estudiar: cuadernos, lápices, agua, diccionario...De esta manera no se levantarán continuamente y aprovecharán el tiempo mejor.

Encontrar las ideas esenciales
  • Dividir el tema en grandes partes, leer intentando comprender, subrayar, esquematizar, resumir. 
  • Hacer papilla mental, es decir, entender lo que se estudia y ponerlo en lenguaje coloquial. 
  • Tomar notas. 
  • Darse pistas para la recuperación de la información: reglas mnemotécnicas. 
  • Intentar combinar imágenes visuales con auditivas. 
  • Memorizar de manera significativa, es decir, estableciendo criterios concretos y relacionándolo con la demás información y no de forma aislada. 
  • Darse tiempo para el repaso. Las principales causas del olvido son la falta de concentración, una deficiente compresión y la falta de repaso. 

Normalmente encontramos en niños y adolescentes una falta total de interés por lo que están estudiando, ¿cómo ayudarles?
Podemos sentarnos con ellos a hablar sobre esto, apoyándoles en la búsqueda de sus propios motivos para estudiar: no suspender y sentirse mejor por eso, alcanzar un mejor futuro profesional... También pueden buscar en lo estudiado algo que pueda serles útil, intentando vencer ese desinterés. 

Otras actitudes de los padres que favorecen la creación de un ambiente de estudio son:
- Explicar la importancia de ser responsables
- Explicar las consecuencias del incumplimiento
- Establecer límite de tiempo sin ambigüedades
- Promover actividades culturales en familia
- Valorar el esfuerzo: ofrecer refuerzos como actividades que les motiven o tiempo de juego pero NO refuerzos materiales.



Respecto a los resultados, es fundamental que se valore a niños y adolescentes como personas sin centrarse únicamente en su rendimiento académico, interesándonos por otros aspectos de su vida y no hablando monotemáticamente de deberes y colegio. Sólo conseguiríamos rechazo y bloqueo ante las tareas.
Es verdad que muchas de estas pautas son evidentes y otras de sentido común pero no por ello son habitualmente practicadas, es sorprendente la cantidad de casos que me he encontrado en que los padres y/o madres tienen puesta la televisión a todo volumen mientras sus hijos intentan concentrarse o les dicen que vayan a estudiar mientras ellos descansan...ya sabemos que harán lo que hagamos, no lo que decimos!! Y claro que los padres y madres tenemos derecho a descansar, pero será más efectivo si nos tomamos ese tiempo cuando descansen ellos también.
Me interesa mucho vuestra opinión para enriquecer este tema que resulta bastante polémico (los padres se enfrentan a los profesores y viceversa), contadnos vuestra experiencia!!
Como siempre, y aunque esta vez ha resultado muy dificil encontrar un video relacionado, os dejo un spot divertido al respecto:








miércoles, 11 de enero de 2012

Hiperactividad extra-escolar

"Un niño no es un saco que hay que llenar, sino un fuego que hay que encender"
Jean Piaget, psicólogo y biólogo (1896-1980)


Bueno, pues aquí estamos de vuelta a la "normalidad", con fuerzas renovadas y muchas ganas de seguir comentando temas que espero os resulten interesantes. Los niños han pasado unos días de descanso y a muchos les cuesta retomar la rutina, volver a madrugar y a los horarios leoninos que se les presentan entre el colegio, las actividades extra-escolares y el tiempo de deberes...¿algún ratillo para jugar con los doscientos mil juguetes que les han traído los Reyes Magos? ¡Otra vez las contradicciones de los adultos salpican el equilibrio de nuestros niños!
El asunto de las actividades extra-escolares suele ser bastante controvertido. El problema de los horarios que, a diferencia del resto de Europa, aquí suelen ser incompatibles para poder conciliar la vida laboral y la familiar, hace que muchos padres se sirvan de dichas actividades para poder ocupar las tardes de sus hijos hasta que ellos están disponibles.




El principal propósito de plantear a los niños actividades fuera del colegio, sería ofrecer un complemento a las materias que se imparten en la educación reglada, normalmente en la áreas musical y deportiva. De esta forma los niños podían "desconectar" una hora de las materias habituales y dedicarle un tiempo a algo que realmente le gusta. 
El problema viene cuando las actividades se amontonan y además no son las elegidas por los niños, a lo que hay que añadir el tiempo de deberes. Sobrecargar sus "agendas" favorece la aparición de estrés infantil, cuyos síntomas físicos suelen ser: dolor de cabeza y de estómago, insomnio y falta de apetito. Asociados a estos, surgen también algunos problemas psicológicos como incapacidad de controlar sus emociones (llanto y/o rabia descontroladas), comportamientos agresivos y preocupación excesiva, entre otros.




Las actividades tanto artísticas como deportivas deberían ser una fuente de aprendizaje y socialización sana que aumenta la autoestima y el desarrollo psicológico de los niños, siempre que no se afronte con innecesaria competitividad y resulten placenteras para ellos y su propio autoconocimiento. No hay que olvidar que el motor que hace que lleven a cabo gustosamente dichas actividades, es su motivación personal. Tras las horas obligatorias de colegio, lo ideal sería que fueran ellos los que eligieran, siempre que sea posible y con el asesoramiento de los padres, la actividad que desean realizar. 
No olvidemos que las pasiones son contagiosas y si nosotros sabemos comunicarles nuestros sueños y aficiones, podemos conseguir estimularles a aprender y participar con ellos de sus logros en la actividad elegida. 
Y no olvidemos el fundamental tiempo de ocio y juego, absolutamente necesario para un desarrollo psicológico saludable en los niños y adolescentes. Fue un carpintero neozelandés, Samuel Parnell (1810-1890) quien reflexionó sobre lo que era calidad de vida y planteó la famosa "regla del 8": necesitamos ocho horas para trabajar, ocho para descansar y ocho de recreo u ocio. Sería muy recomendable que nos aplicáramos esta regla tanto los padres como nuestros hijos, ¡seguro que viviríamos todos más sanos y felices!
Intentemos estimularles sin caer en las actividades "estrésescolares" ;-)

¿Vosotr@s qué opináis? ¿Cómo se enfrentan vuestros hijos e hijas al "mundo extraescolar"? Animaos y contad vuestra experiencia, seguro que nos enriquecerá a todos.

Os dejo una parodia muy divertida de Muchachada Nui sobre el tema que hoy nos ocupa: