martes, 28 de febrero de 2012

Una historia sobre creatividad


Una vez, el pequeño niño fue al colegio. Era muy pequeñito y la escuela muy grande. Pero cuando el niño descubrió que podía ir a su clase con sólo entrar por la puerta del frente, se sintió feliz.
Una mañana, estando el pequeño niño en la escuela, su profesora dijo: Hoy vamos a hacer un dibujo. Qué bien! - pensó el niño, a él le gustaba mucho dibujar, podía hacer muchas cosas: leones y tigres, gallinas y vacas, trenes y botes. Sacó su caja de colores y comenzó a dibujar.
Pero la profesora dijo: - Esperad, no es hora de empezar, y  esperó a que todos estuvieran preparados. Ahora, dijo la profe, vamos a dibujar flores. ¡Qué bien! - pensó el niño, - me gusta mucho dibujar flores, y empezó a dibujar preciosas flores con sus colores.
Pero la profe dijo: - Esperad, yo les enseñaré cómo, y dibujó una flor roja con un tallo verde. El pequeño miró la flor de la maestra y después miró la suya, a él le gustaba más su flor que la de la profe, pero no dijo nada y comenzó a dibujar una flor roja con un tallo verde igual a la de su maestra.
Otro día cuando el pequeño niño entraba a su clase, la profesora dijo: Hoy vamos a hacer algo con barro. ¡Qué bien! pensó el niño, me gusta mucho el barro. Él podía hacer muchas cosas con el barro: serpientes y elefantes, ratones y muñecos, camiones y carros y comenzó a estirar su bola de barro.
Pero la maestra dijo: - Un momento, no es hora de comenzar y luego esperó a que todos estuvieran preparados. Ahora, dijo la maestra, vamos a moldear un plato. ¡Qué bien! pensó el niño. A mí me gusta mucho hacer platos y comenzó a construir platos de distintas formas y tamaños.
Pero la maestra dijo: -Esperad, yo os enseñaré cómo y ella les enseñó a todos cómo hacer un profundo plato. -Aquí teneis, dijo la profesora, ahora podeis comenzar. El pequeño niño miró el plato de la maestra y después miró el suyo. A él le gustaba más su plato, pero no dijo nada y comenzó a hacer uno igual al de su maestra.


Y muy pronto el pequeño niño aprendió a esperar y mirar, a hacer cosas iguales a las de su maestra y dejó de hacer cosas que surgían de sus propias ideas.
Ocurrió que un día, su familia, se mudó a otra casa y el pequeño comenzó a ir a otro colegio. En su primer día de clase, su nueva profesora dijo: Hoy vamos a hacer un dibujo. - ¡Qué bien! pensó el pequeño niño y esperó a que la maestra le dijera qué hacer.
Pero la profe no dijo nada, sólo caminaba por la clase. Cuando llegó hasta el pequeño niño ella dijo: ¿No quieres empezar tu dibujo? Sí, dijo el pequeño ¿qué vamos a hacer? No sé hasta que tú no lo hagas, dijo la maestra. ¿Y cómo lo hago? - preguntó. Como tú quieras, contestó. ¿Y de cualquier color? De cualquier color dijo la maestra. Si todos hacemos el mismo dibujo y usamos los mismos colores, ¿cómo voy a saber cuál es cuál y quién lo hizo? Yo no sé, dijo el pequeño niño, y comenzó a dibujar una flor roja con el tallo verde.
(Helen Buckley)


 Me encantaría contar con vuestras reflexiones acerca del cuento que os propongo. Hoy os dejo dos vídeos, uno es un rap y otro una conferencia relamente recomendable, muy divertida e interesante de un gran experto en educación, Ken Robinson, con una visión mucho más flexible y certera, bajo mi punto de vista, de lo que deberia ser la educación en los colegios. ¡Que los disfruteis!


jueves, 9 de febrero de 2012

Relaciones entre hermanos

"Ningún amigo como un hermano; ningún enemigo como un hermano."
Proverbio indio

Un tema que preocupa especialmente a los padres y madres que acuden a consulta es la relación entre sus hijos. Nos plantean sus continuas discusiones y peleas, no saben cómo gestionarlo y sienten que si intervienen empeoran las cosas.
Hoy os propongo algunas ideas que pueden contribuir a mejorar la relación entre hermanos:



  • Respetar cada individualidad: Como sabemos, cada persona tiene sus propias características. Los que tenemos hijos sabemos que las demandas y necesidades de cada uno son diferentes por lo que, aun siendo siempre equitativos, no podemos darles a todos lo mismo. La clave está en valorar a cada hijo como individuo, identificar esas necesidades específicas y ofrecerles soluciones en la medida de nuestras posibilidades. También es importante que seamos conscientes de que no siempre podremos cubrir sus demandas porque inevitablemente no cumplimos el principio de omnipotencia aunque así lo creamos a veces. Una forma de hacerles ver que los valoramos de forma independiente, puede ser que les hagamos "refuerzos específicos", es decir, que les hagamos saber a cada uno lo que valoramos de su forma de ser o de su comportamiento: "Que bien, hoy te has vestido solo" o "Estupendo, has recogido la mesa sin que nadie te lo diga"...
  • No comparar: Parece evidente pero es claro que inconscientemente todos tendemos a comparar. En los niños y adolescentes, esta comparativa (ya sea en positivo o en negativo) produce un resentimiento que lleva a tremendas hostilidades entre los hermanos que pueden llegar a basar su relación en la pura competencia.
  • Evitar las "etiquetas": Ya sabéis, ese halago o defecto que se les repite una y otra vez desde diferentes frentes y que tanto marca su comportamiento: "El Cerebrito", "La Guapa", "El Travieso", "La Perfecta"...etc. Observadlo, se da continuamente y todos sabemos el poder que tiene llegar a creerse que uno ES algo y no poder salir  de esa plantilla impuesta desde fuera.
  • Dejar que se cuiden entre ellos: Los padres solemos intervenir en todos los asuntos de nuestros hijos, pero entre hermanos, sería conveniente dejar un espacio para que se cuiden entre ellos y explorar así en una relación que se irá construyendo y desarrollando a lo largo de sus vidas. Cada día surgen multitud de oportunidades para que se demuestren cariño o colaboren juntos.
  • Dar a cada uno la atención que merece: Normalmente, con la llegada del segundo o tercer hijo, los primogénitos se sienten un poco relegados. Es importante darles un poco de atención exclusiva cada día para que se afiancen los vínculos y no generar resentimientos entre ellos que muchas veces vienen por la atención que los padres prestan a unos y a otros.
  • Aceptar el conflicto: Es conveniente que no los reprimamos ya que los conflictos forman parte de la convivencia. Nuestros hijos entenderán que enfadarse alguna vez es completamente normal entre personas que se quieren y eso no irá en detrimento de su cariño. Después sería bueno enseñarles formas positivas de expresar los sentimientos y de resolver las diferencias, escuchando a cada uno primero sin emitir juicio y luego invitándoles a que se escuchen mutuamente. Escuchar a un niño o adolescente expresar que siente envidia o está enfadado con su hermano, rebaja notablemente su ansiedad y el rencor que pueda generar el conflicto. Aunque no tomemos partido (y no deberíamos hacerlo a menos que hayamos sido testigos directos de lo que ha ocurrido), ellos se sienten apoyados si participamos como mediadores. Para manejar el conflicto, es importante enseñarles a identificar sus emociones y puedan expresarlas si así van a sentirse mejor. Después podemos guiarles para que encuentren la mejor y más pacífica solución a su problema. Por ejemplo, si ambos quieren jugar con el mismo juguete, se les propone cronometrar los tiempos que cada uno está con él o pueden proponerse juegos en equipo para ambos. Si la pelea ha ido a más, lo mejor será que pasen un rato en habitaciones separadas hasta que se calmen.


Espero que puedan serviros y también me gustaría que comentarais vuestros trucos para solventar los momentos conflictivos en casa.
Mirad que video tan sensacional, tomemos nota...solo tiene 4 años y le sale de forma natural!! (Gracias Toñi por descubrírmelo)

jueves, 2 de febrero de 2012

Cuento para pensar (II): La distancia de los corazones

"Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor, si perdonas, perdonarás con amor."
San Agustín (354-430) 

Hoy me he encontrado con un cuento que me ha gustado mucho y he querido compartir con vosotros. Me gustaría mucho que me comentéis que enseñanzas extraéis de él. Me parece un texto muy luminoso y esclarecedor sobre las relaciones humanas. 
Espero que os guste!!



La distancia de los corazones

Un día, Meher Baba preguntó a sus mandalíes:
- ¿Por qué las personas se gritan cuando están enojadas?
Los hombres pensaron durante unos momentos.
- Porque pierden la calma- dijo uno-, por eso se gritan.
- Pero, ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado? –preguntó Baba-. ¿No es posible hablarle en voz baja? ¿por qué gritas a una persona cuando estás enojado?
Los hombres dieron algunas otras respuestas, pero ninguna de ellas satisfacía al maestro Meher Baba. Finalmente, él explicó:
- Cuando dos personas están enojadas y discuten, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esta distancia, deben gritar para poder escucharse. Mientras más enojadas estén, más fuerte tendrán que gritar para escucharse la una a la otra a través de esa gran distancia.

Luego, Baba preguntó:
- ¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran? Pues que no se gritan, sino que se hablan suavemente, ¿por qué?... Sus corazones están muy cerca. La distancia entre ellos es muy pequeña.

Los discípulos lo escuchaban absortos y Meher Baba continuó:  
-Cuando se enamoran más aún, ¿qué sucede? Los enamorados no hablan, sólo susurran y se acercan más en su amor. Finalmente no necesitan siquiera susurrar, sólo se miran y eso es todo. Así es, observad lo cerca que están dos personas que se aman. Así pues, cuando discutáis, no dejéis que vuestros corazones se alejen, no digáis palabras que los distancien más. Llegará un día en que la distancia será tanta que ya no encontrareis el camino de regreso.

Extraído de Juntos pero no atados (Ed. Amat), de Jaime Soler y M. Mercè Conangla