miércoles, 13 de junio de 2012

Papá, Mamá...¿qué es morir?

Algo hay tan evidente como la muerte y es la vida
Charles Chaplin



En ocasiones nuestros hijos tienen que enfrentarse al tema de la muerte mucho antes de lo que nos gustaría, muere su mascota o un abuelo o alguien cercano y tras el primer impacto empiezan a hacerse preguntas.
La cuestión de la muerte en sí es difícil porque con lleva implicaciones morales y creencias que cada familia inevitablemente va a transmitir. Pero lo más importante es que logren comprender las explicaciones que les damos.

Los niños muy pequeños pasarán por diferentes fases de duelo, negarán que ha ocurrido, después pasarán por la pena y el llanto unidos a una profunda incomprensión del significado de "morir" y del hecho en sí. Es fundamental que no se relacione la muerte con "irse a dormir" porque puede llegar a generarles una angustia terrible el hecho de irse a la cama.

Respetando por supuesto las creencias que cada familia quiera transmitir a sus hijos, hay verdades que todos compartimos y que no deben ocultarse. Se les puede explicar que morir es dejar de vivir aunque luego "adornemos" esa realidad con frases que les pueden aportar algo de tranquilidad. Es muy recomendable asociar a la persona fallecida con algún elemento de la naturaleza para que puedan sentir que, de algun modo, sigue entre nosotros.
Os contaré algo muy personal, cuando mi madre se fue, mis hijos tenían un fuerte vínculo con ella, siempre estuvo a mi lado para cuidarlos y criarlos. Pero ellos la vieron enfermar y deteriorarse... y sabían que se iba apagando. Cuando finalmente murió, buscamos la estrella más brillante del cielo juntos y les dijimos que ahí estaba ella y que nos iba a acompañar desde el cielo siempre. De ese modo, aunque saben que ya no la verán más, sienten que no se ha ido totalmente y eso les consuela ( y a mi también desde luego).



De todas formas, no debemos olvidar que para los niños es un proceso mucho más natural de lo que creemos. Ellos no están condicionados por miedos y experiencias como los adultos, de forma espontánea aceptan la muerte como parte de la vida, es increíble las lecciones que pueden darnos a la hora de sobreponerse ante un hecho como la muerte. Claro que sufren un shock al principio y los que son más expresivos y pueden desahogarse (normalemente los más pequeños), después no pasan mucho más tiempo dándole vueltas al asunto...se limitan a vivir.

Normalmente, hasta los 6 años, los niños no suelen angustiarse con el tema de la muerte. Si ha ocurrido alguna en su entorno, entonces si empezarán a preguntarse cosas, ejemplos:
a) pero ¿no se vive hasta los 100 años?
b) ¿y si tu te mueres, que hacemos?
c) ¿yo puedo morirme?

Lo primero, tragaremos saliva ante semejantes cuestiones, nos calmaremos, y con una sonrisa, algo de sentido del humor y muuuucha tranquilidad les contestaremos lo que buenamente sepamos, ejemplos:
a) No siempre, hay gente que muere por enfermedad o accidente más joven. No es fácil llegar a cumplir 100 años. (Probablemente a esta le seguirán tropecientas preguntas que podemos ir contestando hasta que uno de los interlocutores se canse...)
b) No tengo pensado morirme por ahora, pero si ocurriera, vosotros estariais bien porque nunca estareis solos, hay muchas personas que nos quieren y estarán a nuestro lado en todo momento.
c) Todo lo que está vivo puede morir, las plantas, los animales y las personas, pero como estás sano no es probable que ocurra.

Como ya sabreis, estas respuestas son "parches" porque nunca se sentirán contestados del todo, además, a cada edad surgirán nuevas preguntas relacionadas con este tema, cada vez más complejas e intrincadas. Nuestra actitud a la hora de responder es CLAVE: naturalidad y tranquilidad. Después de obtener una respuesta (que se acerque remotamente a lo que buscaban), seguirán jugando o viendo su peli sin más. En cambio, si nos ven caras de angustia o más desolados que ellos, se empezarán a poner muy nerviosos.



Para los más mayores, otra forma de responder puede ser a través del recuerdo, respecto a ese enfoque, comparto este pensamiento que me encantó:
"nos quedan las fotos, todo lo que nosotros y quienes le conocieron contamos de él, quedan las imágenes que tenemos en nuestra memoria de los momentos compartidos y, sobre todo, queda la huella que dejó en nuestras vidas"


Hoy quiero dejaros una carta que me impactó mucho, es de Angeles Caso, no habla exactamente de la muerte pero sí de lo poco que hace falta para vivir y ser feliz. Creo que es toda una lección de vida, espero que la disfruteis tanto como yo lo hice...
Lo que quiero ahora (Angeles Caso)

Para mí, una de las mejores escenas del cine de animación que explica maravillosamente el proceso de vida, amor y muerte inevitable...Up! (personalmente, no puedo verla sin emocionarme, ya la habré visto mil veces!!)
Up: la vida y la muerte


4 comentarios:

  1. Que tema tan complicado! Incluso muchas veces para nosotros mismo con treinta y tantos...
    Coincido que lo importante es que consigamos darles una explicaión que les tranquilice y les ayude a valorar cada instante de felicidad.
    Gracias como siempre Raquel...

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    1. Gracias a ti siempre, amiga!
      Creo que nuestra actitud es clave, ya que nadie sabe qué significa exactamente morir (porque no ha vuelto para contarlo...bueno, solo se lo cuentan a una señora inglesa que sale en tele 5 creo), al menos que no noten desesperación y angustia en nuestras palabras.
      Un abrazo enorme

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  2. Qué difícil este tema en una sociedad como la nuestra, que intenta ocultar todo aquello que nos genera inquietud o nos atemoriza. Naturalidad y no hacerse líos son claves imprescindibles para responder a cuestiones complicadas como es el caso. La parábola del carruaje va bien para narrar en qué consiste la muerte: el cuerpo es como un carruaje del cuál nosotros somos el cochero, el conductor abandona el carruaje cuando este está muy deteriorado o inservible, pero el conductor "el alma" siempre permanece....

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    1. Me gusta mucho la parábola que propones Palabrerías, lo encuentro muy gráfico y bien explicativo aunque no para los más pequeñines. Como ya sabemos, sobre todo la calma a la hora de explicar, ser naturales también si necesitamos expresar una emoción...no es normal que no me vean llorar si ha muerto mi madre, eso les da alas para expresarse tambien y que la emoción no se enquiste.
      Muchas gracias y un abrazo fuerte

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