jueves, 20 de marzo de 2014

Respetar nuestras emociones


"No somos responsables de las emociones, pero sí de lo que hacemos con las emociones."
Jorge Bucay


Hace poco me contaba un amigo muy querido que sentía un bajón de ánimo muy intenso. No está pasando por un buen momento personal ni laboral y se sentía cansado, triste e incluso con cierto malestar físico. Acudió al médico de cabecera que enseguida encontró una etiqueta para explicarle lo que le sucedía. El diagnóstico fue: "principio de depresión".
Este episodio me hizo pensar en lo sencillo que es emitir un juicio, un diagnóstico o una sentencia...y qué posos deja todo eso en el interesado.

Asistimos cada vez con más frecuencia al uso y abuso de medicación por parte de algunos médicos que atajan por la vía fácil y recetan calmantes y antidepresivos por cuestiones que deberían solventarse, en todo caso, con algunas sesiones de terapia o consultas puntuales: duelos, cambios, incertidumbres... ¿por qué cuesta tanto socialmente y personalmente aceptar las emociones llamadas "negativas"? La ira, la tristeza, la frustración, el miedo están ahí porque tienen una función y debemos escucharlas también.







Si os dais cuenta, en cambio, la euforia que es la alegría en extremo, está bien vista socialmente. No hay más que ver el delirio general cuando gana un equipo de fútbol. Incluso se facilitan espacios para que la gente pueda expresar libremente esa emoción extrema.

 Y ¿quién no ha experimentado algo como lo que os voy a relatar ahora?: estás triste porque te despiden, no encuentras trabajo o vives el desamor, te sientes abatido por una pérdida importante y rápidamente (sin duda con la mejor intención) escuchas recomendaciones sobre tomar esta o la otra pastillita que te hace sentir mejor y sobrellevar el día a día.
Con los niños ya he visto casos extremos: "ha muerto mi madre, pero no quiero que los niños me vean llorar ni noten mi tristeza"...pero, ¿no es más raro que se aparente normalidad ante una pérdida tan importante? justamente eso es lo que los niños no entenderían. A veces creemos evitarles sufrimiento y lo que hacemos es dejarles desprotegidos ante el necesario dolor que implica la vida. Porque VIVIR es placer y dolor, alegría y pena, reír y llorar, triunfo y frustración, compañía y soledad, diversión y aburrimiento.
Es necesario experimentar todas estas emociones para saber gestionarlas porque esa es la gran cuestión, RESPETAR NUESTRAS EMOCIONES, CONOCERLAS Y GESTIONARLAS.

Evidentemente ahí está el punto, en que la emoción no se apodere de nosotros, no es tanto controlarlas como entenderlas, aceptarlas y dejarlas ir porque todas, TODAS las emociones nos ayudan a conocernos mejor, a aprender de nosotros mismos y de nuestro entorno y, por tanto, nos ayudan a adaptarnos a lo que la vida nos va deparando.

Como recomendaciones para contribuir a esta aceptación de lo que nos pasa, ayuda mucho el contacto con la Naturaleza, la meditación y la actividad física porque todo ello nos conecta con el momento presente, aleja el "ruido mental" y aporta claridad a mente y espíritu acercándonos al anhelado equilibrio.




Es más, cada vez son más numerosos los profesionales de la salud que encuentran una correlación evidente entre nuestras "luchas internas" (lo que debería SER, cómo debería comportarme, qué expectativas tienen los otros de mí, etc...) y el desarrollo de enfermedades psicosomáticas e incluso de otras más graves. Por lo tanto, escuchemos a nuestro cuerpo, respetemos y aceptemos nuestras emociones y fluyamos con la vida descargándonos del afán constante de control (ilusorio, por otro lado) que normalmente pretendemos ejercer.

Resulta que hoy comienza la primavera y es el Día Internacional de la Felicidad (signifique lo que signifique ese evento, que diría Juanjo Millás). La verdad es que no lo sabía pero como no creo que sea casualidad, os dejo, precisamente hoy, esta reflexión sobre el respeto a nuestras emociones y sentimientos con la pretenciosa esperanza de que pensemos sobre ello y consigamos aprender un poco más de nosotros mismos. Me ayudaría y aprendería mucho conociendo vuestra opinión al respecto. Contestaré encantada a vuestros comentarios.
Y no olvidéis, como digo Freud que: "La ciencia moderna aún no ha producido un medicamento tranquilizador tan eficaz como lo son unas palabras bondadosas". Y de psicología algo sabía este hombre ;-)
Os dejo el enlace a un vídeo del tema "Happy" de Pharrell Williams que no puede dar más buen rollo para días de bajón y para bailar los días alegres...que lo disfrutéis!!
"Clap along if you feel like happiness is to you": "Aplaude sin parar si sientes que la felicidad es para ti"
Video y letra de Happy (Pharrell Williams)